MARCÓ INFLUENCIA EN LA VIDA CASTRENSE Y POLÍTICA DE BOLIVIA
Muere el general Raúl López Leytón, el militar camargueño que destacó en el ámbito nacional
El 2 de octubre en la ciudad de La Paz falleció el general en retiro Raúl López Leytón, nacido en Camargo, provincia Nor Cinti de Chuquisaca. Se formó y egresó como subteniente del arma de Caballería, ingresó al Colegio Militar post revolución de 1952. Destacado como oficial instructor, fue becado a la República Argentina, primero a la Escuela de Caballería y luego a la Escuela de Guerra. Donde se diplomó como oficial de Estado Mayor.
Fue parte de los oficiales bolivianos formados por los militares boinas verdes norteamericanos en lucha contra insurgencia guerrillera en La Esperanza, Santa Cruz, cuando se instaló el foco guerrillero castrista. En el regimiento Manchego fue oficial de Inteligencia y participó de las operaciones que dieron fin con la guerrilla.
CONTRA BANZER
Ocupó el Comando del Regimiento de Paracaidistas CITE con sede en Cochabamba. Y luego, ascendido a Teniente Coronel, fue destinado a La Paz. En 1974 fue uno de los líderes del levantamiento de oficiales institucionalistas contra la dictadura de Hugo Banzer. El denominado Estado Mayor Central de la Oficialidad Joven (EMCOJ) exigía a los Altos Mandos de las FF.AA. abandonar el gobierno y restituir a todos los militares a sus funciones constitucionales. Ese intento resultó fallido y conoció la baja de las FF.AA., el exilio, la tortura, el confinamiento y la clandestinidad.
REINCORPORACIÓN
Reincorporado al ejército en 1978 jugó un rol decisivo para acabar las pretensiones pinochetistas de algunos coroneles bolivianos que deseaban instaurar una dictadura por dos décadas, eliminando a mil rojos. Evacuado de Camiri, donde cumplía funciones en la IV División de Ejército, rápidamente conspiró para derrocar al delfín de la dictadura banzerista, el general de aviación Juan Pereda.
CON DAVID PADILLA
En una conversación personal me relató que impulsó al entonces comandante del ejército, Gral. David Padilla, a pronunciarse contra Pereda y asumir el mando de la República, para convocar a elecciones sin candidatos oficiales. Padilla habría dudado hasta que las convincentes palabras de López Leytón lo habían decidido. El general Padilla designó a López Leytón comandante del regimiento blindado Tarapacá al atardecer del 23 de noviembre y en la mañana siguiente, ingresó al Palacio de Gobierno para jurar a la presidencia y posesionar a su gabinete de ministros. Fue un golpe incruento. El Tcnel. Raúl López Leytón juró como ministro del Interior (hoy gobierno).
PAPELETA MULTICOLOR MULTISIGNO
En esa cartera de Estado tuvo una dura labor para imponer a los partidos políticos el uso de la papeleta multicolor y multisigno, en sustitución de las papeletas individuales por candidatura que se insertaban en el sobre de votación. Este sistema era proclive al fraude y la manipulación del voto; el cambio resentía a los viejos políticos. Finalmente logró su propósito y nunca más se abandonó el sistema de papeleta multicolor. Igualmente, garantizó un proceso electoral sin incidentes y fue, quizá, el único gobierno militar sin muertos, presos políticos, ni exiliados.
RESTAURA LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA
También fue uno de los promotores de reinstaurar la Autonomía Universitaria, conculcada por la dictadura de Banzer. En 1978, junto al general David Padilla y mi padre (Gary Prado Salmón), entre otros, ingresó al Paraninfo de la Universidad Mayor de San Andrés, donde se dio lectura, ante un auditorio abarrotado, al Decreto Supremo que canceló la existencia del Consejo Nacional de Educación Superior y se otorgó plena autonomía al sistema de universidades públicas, para gobernarse y gestionar su labor de educación superior. Los militares que fueron rechiflados al inicio del acto, salieron entre vítores y aplausos de la comunidad universitaria.
Siempre recordaré la portada del periódico Presencia del día siguiente de las elecciones de junio de 1979. Sobre un ánfora de votación, los ministros Raúl López Leytón y Gary Prado Salmón, estrechaban las manos. El titular decía “Misión Cumplida”
EN LAS DICTURAS
Durante las dos últimas dictaduras militares fue arrestado, confinado y obligado a moverse en la clandestinidad. Natusch y García Meza habían marcado a los oficiales institucionalistas como escollos en sus afanes dictatoriales. Participó, sin embargo, junto a Natusch y Añez en la asonada que permitió la salida de García Meza del gobierno y se allane el camino para el retorno de la democracia.
EN LA DEMOCRACIA
En los primeros gobiernos democráticos, ocupó el Comando del Ejército, la Jefatura de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y el Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas. Pasó a retiro como general de Fuerza, reconocido y respetado por sus camaradas y subalternos.
Con su esfuerzo y dedicación, con el riesgo de la propia vida en más de una ocasión, contribuyó como líder a formar conciencia en los cuadros militares acerca de la necesidad de garantizar la vigencia de la Constitución y alejar a las Fuerzas Armadas del gobierno, dejando esa labor a los partidos políticos.
Su prédica tuvo frutos, pues los oficiales que asumieron el mando sucediéndolo en los siguientes años, mantuvieron invariable el precepto institucionalista que fueron inculcando el general López Leytón y otros camaradas suyos.
EN EL SERVICIO PASIVO
En el servicio pasivo, dedicó su vida a su familia y actividades empresariales. Tuvo alguna participación en política, afiliándose al Movimiento Nacionalista Revolucionario. Sus últimos años fueron de bisabuelo, abuelo, padre y esposo cariñoso. Dotado de un gran carisma y simpatía, siempre fue querido y respetado por su entorno.
En lo personal, escribo estas líneas, porque sé que él nunca buscó protagonismo ni reconocimientos, pero los merece. Su contribución a la recuperación de la verdadera democracia que Bolivia vivió hasta 2005 fue invaluable. Alguna vez me dijo: “Le corresponde a tu generación luchar por recuperar ahora la democracia”.
AGRADECIMIENTO
Su hogar, en la ciudad de La Paz, fue siempre como un segundo hogar para mí. Tío Raúl y tía Elena, fueron otros padres, pródigos de afecto y preocupaciones. Estuvieron junto a mi padre y junto a mí en el largo decenio del injusto proceso penal que el gobierno instauró contra mi padre. Su solidario cariño fue imprescindible en esos años de lucha.
Hoy (2 de octubre), el General de la Democracia partió al Reino de Dios, al encuentro de su amada esposa. Con estas líneas le rindo un merecido homenaje, un pequeño gesto de gratitud, un compromiso de estar siempre al lado de sus hijos y familias. Vuela alto tío Raúl. Sé que Bolivia agradece tu vida digna a su servicio.
Gary Prado Araúz
Santa Cruz, octubre 2 de 2023