EN COLONIA BOMBAL Y LA VALLE
Culpineños viven la fiesta de fe y hermandad en torno al Señor de Pilaya en Mendoza
Los residentes culpineños en Mendoza, Argentina, se reúnen en torno al Señor de Pilaya en Colonia Bombal y La Valle para participar de la novena que este lunes cumple su octavo día. Es un encuentro de fe y hermandad.
El culpineño Ramiro Martínez informó que la celebración de la fiesta del Señor de Pilaya se realiza hace varios años en Mendoza para expresar su fe al patrono de Culpina.
Dijo que en Colonia Bombal, en la parroquia de San Isidro Labrador, y La Valle, distante a 35 kilómetros del primer punto de referencia, hay dos réplicas del Señor de Pilaya que recibe la adoración de los feligreses cada 14 de septiembre.
Martínez señaló que, en ocasión de este acontecimiento, suele reunirse mucha gente culpineña, pero también residentes cinteños y bolivianos que tienen relación con esta festividad. “Hay una gran concentración de culpineños y bolivianos residentes en Mendoza”, sostuvo.
Desde el pasado lunes decenas de feligreses del Señor de Pilaya participan de la novena hasta llegar a la noche de las vísperas, que se desarrollará este miércoles 13 de septiembre.
LA FESTIVIDAD
Esa noche habrá una misa, después los fuegos pirotécnicos y la presentación de ballets y conjuntos folclóricas. Además, los presentes compartirán una cena con platos típicos de la pampa de Culpina que las familias llevan voluntariamente.
El 14, en la festividad del Señor de Pilaya, a las 11:00, se llevará cabo la misa con procesión; a mediodía, los presentes participarán de un almuerzo ofrecido por los pasantes y habrá presentación de grupos de canto y danza, y todos disfrutarán de una fiesta bailable. Martínez explicó que en este festejo se acostumbra a no consumir bebidas alcohólicas.
Sin embargo, la celebración continuará al día siguiente cuando a las 11:00, nuevamente los devotos del Señor de Pilaya se reúnan en una misa y después nuevamente todos asistan al almuerzo, donde se suele pasar la fiesta a los nuevos pasantes con la entrega del Taripaco, no solo a ellos, sino también a quienes cooperaron a la realización de esta fiesta. A continuación, sigue la fiesta cuando ya es posible consumir bebidas alcohólicas.
Para este año los pasantes esperan de entre 500 y 700 invitados.
FE Y HERMANDAD
Martínez explicó que la festividad del Señor de Pilaya es un encuentro de fe y hermandad entre los residentes culpineños, cinteños y bolivianos, pues en las noches de novena la gente acostumbra a llegar con comida típica de Culpina para compartir la cena; lo mismo ocurre en la noche la víspera. También resaltó que para la preparación de la fiesta mucha gente acude voluntariamente a ayudar; en tanto, otros se adhieren al acontecimiento con donaciones de productos o dinero.