EL AGUA SE LLEVÓ TODOS SUS CULTIVOS
Vecinos escapan a los cerros y se suben a los árboles para salvar sus vidas
Los vecinos de la comunidad El Fuerte de Incahuasi tuvieron que escapar hacia los cerros y subirse a los árboles para salvar sus vidas, al ser sorprendidos por el desborde de dos quebradas y el río Acchilla. Las aguas arrasaron con todos los cultivos y las pérdidas son del cien por cien.
Alrededor de las cuatro de la tarde de este martes 8 de octubre, una intensa granizada cayó en esa comunidad seguida de una tormenta que hicieron crecer rápidamente las aguas de las quebradas y el río, pues, además, llovió en la zona de Acchilla y en la comunidad de Capira del municipio de San Lucas, que están aguas más arriba.
NUNCA ANTES VISTO
Mijael Mamani, vecino de la comunidad, contó que nunca había visto una granizada y lluvia de esas características en 36 años de vida que tiene. Apenas bastaron unos 20 minutos para que las aguas crecieran desproporcionadamente y se llevaran todo lo que encontraron a su paso: cultivos de maíz, papa y sandia principalmente.
También las aguas se llevaron chivas, ovejas y vacas, no solo de los comunarios de El Fuerte, sino que fueron arrastrados desde más arriba.
A SALVAR SUS VIDAS
Al que ver las huertas comenzaron a inundarse, padres y madres tomaron a sus hijos y empezaron a escapar hacia los cerros, otros se subieron a los árboles ante la imposibilidad de salir rápidamente.
Fueron momentos dífiles los que vivieron aproximadamente 350 personas, que corresponden a 60 familias afiliadas de El Fuerte, que después que las aguas bajaron, vieron la desolación frente a sus ojos: se quedaron sin nada, el agua se llevó todo su sustento.
“Nos ha jodido totalmente. Cien por cien, no hay nada hermano. Nos ha jodido totalmente. Te hacen preocupar, la gente llorando nomás está. No se puede hacer nada”, dijo Mamani.
GAVIONES
Cuenta que el lunes y martes, todos los hombres de la comunidad estaban colocando los gaviones en el río para proteger sus cultivos, pero estos aguantaron contadas horas. Un gavión de 20 metros quedó partido y otro fue arrastrado; sin embargo, su función fue importante porque de no estar ahí, la historia habría sido otra, manifiesta Mamani.
ESTÁN LLORANDO
La comunidad sigue llorando. Cuando se va a hablar con la gente todos terminan llorando, dice Mamani al relatar que “nos ha pasado una desgracia, ha llegado una tormenta que nos ha enterrado totalmente en la comunidad El Fuerte”.
Los profesores también lloraron. La lluvia que llegó con un fuerte viento arrancó los techos de calamina de las habitaciones de los maestros y el río se llevó una bomba que se utilizaba para dotar de agua a la comunidad.