DON ALBERTO ANTONIO MONTELLANO
El hombre que abrazó la causa de la independencia en el Valle de Cinti
En las riveras del rio grande del valle de Cinti, se encontraba la hacienda de San Antonio que, componía además de los fundos de Santa Ana y Saladillo, en ellas el cultivo de vid era la principal fuente de ingresos, contaba asimismo con árboles frutales y parcelas de alfalfa; tenía una excelente obra de toma y muy buenas acequias.
La hacienda contaba con una bodega amplia, en ella tenían 14 cubas grandes, un lagar, una oficina de sacar agua ardiente […] la vivienda con cuatro piezas nuevas decentes y blanqueadas […] en los terrenos de Saladillo contaba con una capilla o oratorio dedicada al culto divino, en buenas condiciones, toda de ladrillo, un altar compuesto de unas gradas forradas con tapis de seda y el frontal de lo mismo, una imagen de María Santísima de la Concepción de manto y hábito de raso azul, perlas finas, corales grandes, un misal de buen raso con su atril de madera, […]. (ABNB. NFPC 1818.: f. 206)
Sus propietarios don Alberto Antonio Montellano y su esposa doña Juana Ávila, sus hijos Manuel, Andrés Avelino y Santiago. Por el año de 1812, la familia gozaba de las comodidades que habían construidos los esposos.
Como muy pocos en el valle de Cinti, a principios de la guerra de la independencia, don Alberto Antonio, se incorpora al movimiento subversivo. Desde la llegada del primer ejercito del Rio de la Plata, no oculta su adhesión y coopera a las fuerzas comandadas por Castelli, en palabras suyas expresó “que desde los primeros instantes de nuestra feliz revolución me declare adicto a la mejor causa, sirviendo desde la victoria de Suipacha”.
Después del contraste del Desaguadero, las fuerzas del rio de la plata, se vieron de pronto en un gran desbande y ante la urgencia de contar con tropas frescas, “la Junta de Gobierno de Charcas”, ordena al responsable de la junta en Cinti, enviar refuerzos a la Villa de Potosí; don Isidro Alberti, recurre a don Alberto Antonio y, en informe pertinente le toco mencionar:
[…] “quien en su mayor franqueza me suplió dos mil pesos en dinero, con cuyo auxilio aliste doscientos y veinte y tantos hombres, que inmediatamente caminaron a Potosí, y sirvieron para la saca, y defensa de los caudales del estado que de aquella hizo el coronel don Juan Martin de Pueyrredon”;
De ello, don Isidro, valoraba grandemente el gesto de don Alberto Antonio, declarando que:
“a más de esto puso a mi disposición dos hijos suyos jóvenes llamados Mariano y Santiago, estrechándome con la mayor constancia, a que dispusiere de ellos, y de todos sus bienes si se necesitaba para contener nuestros sagrados derechos; […] y así mismo son notorios, los padecimientos, ultrajes y prisión que padeció en el tiempo que los tiranos han dominado estos lugares, durante nuestra retirada de Tucumán”.
Don Domingo Mendoza, natural de la Villa de Cinti, en conocimiento de los aportes que hizo a la causa, le correspondió manifestar:
Le consta de público y notorio que don Antonio Montellano prestó todos los auxilios a la división de tropas que mandaba don Martin de Güemes, al tránsito de este y la posición que tomo del mismo lugar de Cinti el año pasado de 1810 […] en represalia fue perseguido por los coroneles Barrera y Llanos hasta ser preso y remitido a Potosí por orden de Goyoneche.
Desde el campamento de Concha, en fecha 8 de julio de 1814, en comunicación pertinente el Tte. Cnel. De Ejército y Comandante General de Avanzada de la Patria don Martin Miguel de Güemes, hacía mención a los méritos a la patria con los que contribuyo don Alberto Antonio.
Certifico que es cierto dado el contenido de la pregunta que a mi individuo se refieren el escrito que aparece en este expediente y que a más de esto es conocido, y a todas luces declarado el decidido patriotismo, y adhesión a nuestra causa, honrados sentimientos y distinguidos servicios que ha contraído don Alberto Antonio Montellano […]. El Supremo Poder Ejecutivo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Ha venido en conferirle el empleo de Capitán Comandante del Regimiento de Cazadores del Valle de Cinti. Dado en la fortaleza de Buenos Aires a veinte y seis de noviembre de mil ochocientos trece. (ISBO. M-11-004)
Don Alberto Antonio, después de haber padecido persecuciones finalmente logra emigrar a Buenos Aires, en su ausencia confiscan sus bienes “inventario y entrega de las haciendas de Saladillo y Viña Punta y otras buenas, embargadas por La Caja Militar, pertenecientes a los emigrados José y Alberto Montellano a favor del arrendatario Coronel Tomas de Archondo”. Lamentablemente don Alberto Antonio fallece lejos de su querido valle. Honor Gloria a este hijo de Cinti.
Hugo Canedo, historiador