Hoy, continuando con la entrega de “Breves Biografías de Héroes Cinteños en la Guerra de la Independencia”, ponemos en su conocimiento la participación de un originario del río de San Juan. Es así, que la guerra de la independencia movilizó a la población rural de Charcas, muchos fueron los que militantemente se adhirieron a la causa de la emancipación, aun significando para ellos dejar la familia e intereses económicos.
Muchos fueron los que ofrendaron sus vidas en aras de la libertad, miles de ellos perecieron en los combates, hoy son los anónimos de nuestra historia.
En la labor de investigación histórica que se realizó, en el Archivo y Biblioteca Nacional, se encontró un testamento de un patriota que entrego su vida por los sagrados ideales de la libertad; el texto que sigue es copia fiel del original.
“Sepan todos que esta escritura de testamento viere como yo Julián Arias, vecino del río de San juan, hijo legítimo de Clemente Arias y de Isabel Tejerina. Mestizos, estando en mi entero y sano juicio, libre de toda enfermedad, condenado por la justicia castrense del Escuadrón de Dragones de la Unión, en (ilegible) de guerra, a la muerte condigna a mis delitos y pecados, que he cometido contra el Rey mi Señor, que la acepto, y me resigno sufrirla por ser disposición de mi Dios y creador, y creyendo como fiel cristiano en los principales misterios de nuestra santa fe católica, apostólica, romana, en que he sido educado y vivido, y confesando expresamente el de la Santísima Trinidad, el de la encarnación y el de la redención que hizo Jesucristo por los pecadores, invocando por abogada y intercesora de mi alma en el misterio de mi muerte a María Santísima Señora Nuestra Concebida sin pecado original, al santo ángel de mi guarda, santo de mi nombre, y a todos los santos
de la corte celestial, quiero y es de mi voluntad hacer esta mi postrimera y última voluntad en la manera siguiente”:
Primeramente. Encomiendo mi alma a Dios que la creó de la nada, y mi cuerpo a la tierra de que se formó, suplicando al señor cura le dé entierro conforme él disponga de caridad.
Declaro que soy casado y velado según nuestra madre iglesia con Teresa Valdivieso, de cuyo matrimonio. Hemos tenido una hija nombrada María de menor de edad y ella queda en cinta y al que nacerá lo declaro por mi hijo.
Declaro que al matrimonio introdujo mi mujer unos retazos de tierra en la pampa de La Torre, y en la de los Jurado.
Declaro dejo una mula con todo su apero.
Declaro que Mariano Valdivieso me quito una mula valor de treinta pesos, por el mes de marzo, y habiéndole reconvenido a su devolución, avino y condescendió a devolvérmela, y caso de que no verifique su promesa, u oferta, mando a mis albaceas y herederos le la pidan por justicia.
Declaro que tengo derechos en las tierras de Tomayapo y La Torre por parte de mi madre, que se hallan en divisas y por partir con mis tíos abuelos, Manuel Tejerina y Lorenza del mismo apellido, y ruego y encargo a mi hermano Bartolomé que tenga cuidado en procurar se aclare este derecho, para la subsistencia de mis hijos.
Declaro que dejo un poncho morado nuevo, y mando a mi mujer y albacea se venda en el mejor precio, y el dinero precisamente se invierta en misas en el anexo de San Juan para sufragio de mi alma.
Dejo un sembradío de trigo en la quebrada de Tomayapo que lo arrende de Gregorio Rivera en el precio de cinco pesos, y mando a mi mujer y albacea que recogida que sea la cosecha se pague el arriendo.
Declaro que en dicha pampa tras de la cocina tengo enterradas varias piezas de herramientas, de igual suerte, a lado de la tranquera algunas otras piezas, perteneciente a labranza.
Declaro que Pascual Gaita me debe once pesos mando se cobre y se tengan por mis bienes.
Declaro que Cayetano Paniagua me debe dos pesos de unos tachos.
Declaro que Justo Paniagua me debe olla de maíz.
Declaro que a la entenada de Gregorio Ríos le debo dos pesos, mando se le pague de mis bienes.
Declaro que de las citadas tierras que arrende para el auxilio del ejército, me quitaron los comisionados doce corderos y una yunta de bueyes, y como los bueyes eran ajenos se me hace cargo de diez pesos por Rufino Guerrero, no obstante, de estar cierto que su suegra María Tejerina las rescato.
Declaro que es mi voluntad sean mis herederos, la mencionada mi hija, y el próximo que nacerá a quienes como padre les mando por su tutor a mi mujer madre de ellos encargándoles por las entrañas de nuestro Señor Jesucristo, les de buena educación, haciéndoles enseñar la doctrina cristiana y temor de Dios: y para cumplir esta mi voluntad elijo y nombro, por única albacea a mi mujer Teresa Valdivieso en quien por el conocimiento que me asiste de su honradez y buena conducta le concedo todos mis poderes y amplias facultades como se contienen en las cláusulas de este.
Yo el Juez Real Subdelegado certifico en que el otorgante se halla en su entero y sano juicio, memoria entendimiento y voluntad, y habiéndole leído esta su disposición reafirmo y ratifico en lo contenido, y por qué dijo no saber leer ni escribir, lo hizo a su ruego su defensor, el Alférez de Dragones D. Mariano Peña y D. Santiago Romero, presentes en esta cárcel del pueblo capital del pueblo de Cinti a los ocho días del mes de octubre de mil ochocientos diez y seis. José Francisco Cavero. A ruego de Julián Arias José de Castro.
En este estado agrego el otorgante Julián Arias, tener en poder de don Gregorio Rivera una arroba de cebo para hacer jabón y al beneficiador yerno de da. María Gutiérrez le tengo dado un peso, lo que recogerán mis herederos, con más una guitarra de poder de dicho Rivera: y le tengan por bien suyas, más dos varas de cordellete. (ABNB. NFPC: 1473 “Testamento de un condenado a muerte por el Ejercito. Cinti 28 de septiembre de 1816)
Don Julián, agricultor del río San Juan, cinteño de nacimiento, casado y padre de una hija, pobre económicamente, trabajador del agro de subsistencia; se alisto a la lucha cruenta convencido de servir a su patria como muchos de sus paisanos en busca de libertad y de mejores condiciones de vida; ellos de condición humilde fueron los primeros en responder al llamado de la patria. Honor y Gloria a este hijo del valle de Cinti.
