GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
Mariano Asebo, el patriota de La Loma que luchó junto a Vicente Camargo
He aquí, otro valiente cinteño, que no escatimó esfuerzos para legarnos una patria libre y soberana. Él, uno de los que sobrevivió en el combate de Arpaja y, fue comandante del destacamento de Buenos Aires, que llegó hasta proximidades de Tumusla (1825) para enfrentarse al déspota Olañeta, de quien, dijo que fue “devorado por sus propios soldados”.
Guerrillero de la independencia en el sector de Cinti, insurgente desde su tierna adolescencia, natural de la población de “La Loma” en proximidades al río Pilcomayo y Pilaya. Sus primeros años los paso junto a sus padres y a lado de su hermano Ignacio en la labranza de la tierra. Muy joven contrajo nupcias con doña Teresa Tejerina, vecina del mismo pueblo.
Don Mariano, al ingresar en la lucha por la emancipación lo hizo con mucho patriotismo, pese a su corta edad demostró sus dotes de liderazgo.
En el año de la fundación de nuestro país, el Mariscal José Antonio de Sucre, había dispuesto por decreto de la nación, reconocer los valiosos servicios a la patria. Es así, que don Mariano Asebo presenta documentación que acreditaba sus méritos:
“Sor. Gobernador: El Teniente Coronel Mariano Asebo cumpliendo con la orden superior del Exmo. Sor. Gran Mariscal de Ayacucho; por conducto del Sor. Gral. presidente del departamento, represento que, desde el año de 1813, en que contaba la edad de 18 años, esforcé mis comportamientos públicos a favor de la Sagrada Causa de Nuestra Independencia. Sería (ilegible) visible la celestial llama que me había inflamado, y tan manifiesta la muy propia disposición en que me hallaba supuesto que con rápido vuelo fui colocado en los primeros pasos de Ayudante Mayor por el comandante Antonio Rosales, en la divisiones voluntarias que se formaron en la Doctrina de la Loma, no pudieron ser menores los efectos de mi entusiasmo primordial cuando sucesivamente ya merecí la confianza pública de comandar cinco compañías, que se componían de más de seiscientos hombres; por nombramiento del Gobernador de Tarija Pedro Antonio Flores, a que siguió conformación por el Coronel Camargo, distinguido e inmortal fama bajo de cuyas órdenes concurrí en todas funciones, en la especial de Yurac Caballo, donde con siete u ocho fusiles destruimos las divisiones de Navarro y Jauregui, que se componían de más de quinientos hombres, todos bien armados, quedando el primer comandante postrado al pie de nuestras humildes legiones que no tenían otra fuerza que la justicia y palos que pudieron abatir la soberbia infernal enemiga como en otro tiempo en igual causa la Honda de David contra el sacrílego Goliat”.
De esa manera que don Mariano, hacia conocer su participación en las guerrillas de Cinti; mencionaba, asimismo:
“En esta época desempeñe el mencionado mi cargo a los principios, bajo las órdenes del citado coronel Camargo, siendo testigo, mano diestra de sus operaciones hasta su caída al pie del cerro de Arpaja ocasionada esta por una sutil maquinación de unos intrigantes, cuyos nombres corrieron en listas públicas impresas en Buenos Aires. […] De aquí es que tengo la satisfacción de contar 12 años de continuado servicio hasta haber concurrido con el Sr. Gral. Urdidinea a entonar el cántico divino expresivo de nuestra libertad absoluta sirviendo de respeto superior a las tropas del Gral. Olañeta, que viéndose cortadas por nuestra presencia en su ruta fugas tomaron el medio de comerse a su Gral.
[…] Parece que he cumplido en dar razón que previene la orden superior exponiendo sucesivamente la escala por donde me conduje al grado de Teniente Coronel con que hago mi presentación protestando sacrificar mi persona en defensa de la Patria, con reconocida sumisión al Excelentísimo Libertador suplicando a Ud. para que se sirva reproducirla en la relación de los presentados en su Cantón de Cinti, noviembre 30 de 825. Mariano Asebo”. (ABNB. EXP-CAM. 1537).
Efectivamente, don Mariano Asebo, fue el militante patriota, que estuvo presente en la geografía de Pilaya y Paspaya al comando de sus valientes originarios. Él, como fiel compañero de lucha de don Vicente Camargo, le acompaño hasta su último combate de Arpaja, y, de allí continuó en la lucha armada, muy posible que como muchos solados de Charcas militó en las filas del Gral. San Martin.
Fundada la República de Bolivia, como muchos compatriotas no fue participe en la fundación de la nueva nación y mucho menos en ser parte del aparto estatal; estos fueron ocupados por quienes persiguieron y mataron a guerrilleros de la independencia.
Como agricultor, volvió a su terruño a labrar la madre tierra; por los años treinta fungió como “Corregidor y comandante del Cantón del Palmar”, en su cargo demostró lealtad con los habitantes “bárbaros”, del rio Pilaya.
Por la transacción comercial que realizo su esposa en primero de junio de 1850, “Venta de casa en Camargo, plaza principal que hace Teresa Tejerina y Ledo Vda de Mariano Asebo a Agustín Rodo por trecientos pesos” (ABNB NFPC: 4139), entendemos que don Mariano había dejado de existir aproximadamente a la edad de 45 años.
Los habitantes y sobre todo los estudiantes de la población de “LA LOMA”, debieran rendirle homenaje póstumo a tan insigne patriota.
¡Honor y Gloria a este bravo cinteño soldado de la patria!