ATRÁS QUEDARON LAS GRANDES FOGATAS ATIZADAS CON LA MEJOR LEÑA Y SUNCHU
No hay más la tradicional noche de San Juan en el pueblo de San Lucas
El cambio climático y las exigencias de no contaminar el medio ambiente han hecho que las costumbres de la noche de la víspera de San Juan cambien en los pueblos. En San Lucas, como en otros lugares, ya no hay las grandes fogatas atizadas por leña y sunchu, pero las reuniones de familia, amigos y vecinos continúan.
Antes, las fogatas se solían organizar en las casas más tradicionales del pueblo de acuerdo a cuatro sectores: Wasaca (Atrás), Pataca (Arriba), Uraca (Abajo) y Plazaca (plaza principal y sus alrededores), cuenta la docente de la carrera de Comunicación Social de la Universidad San Francisco Xavier y sanluqueña, Victoria Morales.
Dice que los anfitriones y los vecinos organizaban sus fogatas en el marco de una competencia tradicional avivadas por la mejor leña y chunchu. Alrededor de colocaban sillas y banquetas para que se sienten los mayores a quienes se les invitaba canelas con singani de Uruchini; a los jóvenes y niños api con buñuelos.
Cuenta que en el medio se dejaba un espacio para que los niños y jóvenes se diviertan saltando por encima de la fogata. Luego, recorrían todas las fogatas que se habían armado en el pueblo demostrando su elasticidad en los saltos y desafiando el tamaño de las llamas del fuego.
Morales informa que esta tradición ya no se práctica, pero que las familias y amistades continúan reuniéndose por los mismos sectores en la víspera de la noche de San Juan, para compartir unas calientes canelas con singani de Uruchini, además de api y buñuelos acompañados de guitarra, quena y bombo en la “noche más fría del año”.